Os dejamos -otra vez- con este impresionante poeta andaluz, del cual ya tuvimos otra entrada con uno de nuestros poemas favoritos (Marat Sade, 1998) y del que algun día hablaremos en profundidad.
David Eloy Rodríguez
EL MISMO NOMBRE SECRETO
Oh, cómo bailamos apartados de todas las luces,
siempre hemos estado majaretas.
Tom Waits
Mis amigos aman vivir de una manera furibunda, definitiva.
Aman la música y sus latidos, aman la palabra, los cuerpos, la compañía
la verdad, sobre todo, ya lo dije: aman la vida.
En este país que, como todos, suicida a los poetas, ellos esquivan la vida en prosa.
En este país que, como todos, tiene las ansias calladas, ellos persiguen la vida viva, como el que pide habitación en un hotel en llamas, como la liebre que corre para evitar su cazador.
Y es que mis amigos -esos indómitos, esos mal educados, esos boxeadores nocturnos- aman con los ojos abiertos, aman porque tienen frío, aman por la flecha que viene, porque sólo todos nosotros somos los asaltantes del castello vacío de la muerte.
A mis amigos, esos infelices, cuando son felices nada puede deternerles, ninguna pared puedes pararles. Aunque tarde o temprano aparezcan los cobardes o la policía. Aunque tarde o temprano llegue el cobrador que nunca olvida y su informe de espanto.
Por eso, aunque un día suceda una excursión de abismo, un estallido de pena, y ya no estemos; siempre estaremos.
Porque resistir se dijo y se dice con la boca de la sangre abierta
Porque aunque nos quieran cortar la luz siempre tendremos velas.
Porque ellos, mis amigos, me salvaron, me salvan, la vida.
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